Ubicado en Avenida Maipú y Ruta 70. Obra de la artista plástica Inés Barlasina y el arquitecto Eugenio Tschaggeny, de la
ciudad de Esperanza, ganadores del Concurso Abierto de Escultura, organizado por la Municipalidad de la ciudad de
Esperanza, se ejecutó con el aporte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
A fines del mes de octubre de 2011 se llamó a concurso, y el 14 de Marzo de 2012, el Jurado (integrado por la Intendente Municipal y 3 artistas, uno del orden nacional, uno provincial y otro local), designó el proyecto ganador. Se inauguró el 7 de Septiembre del 2013, ocasión en la que se celebró el «Día Nacional de la Agricultura». La inscripción grabada en el monumento expresa el fin para el que fue erigido: «Honrar a la Agricultura del Bicentenario y expresar los anhelos que pasaron en los 100 años y cuáles son las expectativas para el próximo siglo».
Memoria de fundamentación
Sembrando
Argentina, alguna vez considerada el «Granero del Mundo», con sus vastos territorios pampeanos y su diversidad climática ha sido, es y será el almacigo perfecto para el desarrollo de la agricultura y de una sociedad trabajadora.
Las parcelas de tierra que como un tapiz cubren nuestros territorios, se plasman en este monumento mediante placas de hormigón que sustentan estructural y simbólicamente los «frutos» que en ellas prosperan. Como hijos de la tierra emergen invencibles y vigorosos estos tubos de acero que evocan la prosperidad y el desarrollo del sector agrícola a lo largo de los años.
La disposición creciente de las «parcelas» y sus «frutos» denotan el crecimiento y la evolución constante del sector a través de las décadas y su materialización simboliza el valor económico, social y cultural de ambos componentes; las parcelas de hormigón robustas y rústicas representan la apreciación de la tierra y su valor emblemático como fuente de todas nuestras riquezas, los «brotes de acero» son uno de los principales motores de nuestra economía.
El acero inoxidable, símbolo del progreso tecnológico y de modernidad urbana, refracta la luz solar transformándolo en un objeto vivo.
Memoria técnica de diseño
Uno de los accesos más utilizados a la Ciudad de Esperanza y particularmente la puerta al «Parque de la Agricultura» se verá revalorizado por esta escultura brillante, pulcra e innovadora que apunta a materializar el empuje de la agricultura para el presente siglo.
Para la materialización de la obra se ha optado por dos materiales sumamente nobles como son el hormigón armado y el acero inoxidable. Ambos presentan características de maleabilidad para ser trabajados, durabilidad a lo largo del tiempo, resistencia al desgaste y aportan una imagen rústica y moderna representando así los dos componentes principales tenidos en cuenta para el diseño del Monumento.
La disposición de los bloques de Hormigón sobre el plano de la base, evocan la trama o mosaico que generan las porciones de tierras al mirarlas desde cierta distancia, y se disponen de manera creciente en sentido Sur — Norte, alcanzando cada una un nivel más alto, para representar la idea de progreso y de valor que ha ido adquiriendo en la tierra de forma sostenida. Sobre dichas «parcelas» se han trazado los «surcos» de los cuales emergen (brotan) las líneas representativas de los cultivos, también en sentido ascendente Sur — Norte, utilizando tubos de acero inoxidable pulido, haciendo alusión al poder económico y al valor simbólico que representan las cosechas.
El orden de los surcos a modo de abanico, será descubierta durante el recorrido, tal cual sucede en los campos cuando son apreciados desde las rutas, logrando de esta forma un efecto óptico imprevisto. De la misma forma, el uso del acero inoxidable pulido permite ir «descubriendo» cada vez una imagen diferente del monumento y de su entorno ya que los reflejos se intercalan con porciones de fondo que se modifican constantemente, según quien lo observe, en que momento del día y según el clima.
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